lunes, 18 de abril de 2016

Hojas sueltas



MATILDA

MATILDA: MI FANTASMA PARTICULAR

Matilda, volviste otra vez a tus andanzas, tendiste mi cama, arreglaste mi ropero y hasta mis cincuenta y un pares de zapatos quedaron perfectos, acomodados en línea recta de pared a pared, ordenados aleatoriamente como tu existencia, etéreos, en suspenso como a mí me gusta. Ojalá hubieses podido acomodarme el corazón que lo tengo del otro lado por querer amar a alguien de otro tiempo.
Vino ayer, tú la viste, ella vestía de turquesa, yo la veía de luz. La espiabas detrás de los vidrios tratando de ver que había debajo de su falda corta, la tocaste con mis manos en la cocina, un beso en la nuca y nada más, sus pisadas quedaron marcadas en el piso sucio que nunca limpiamos y no creo que lo limpiemos para no borrar su huellas. Su luz sigue iluminando el rincón oscuro donde no me gusta mirar, ese rincón que solo tú y yo conocíamos y ahora ella también. No la hiciste huir de espanto, ni le moviste el piso, tampoco le cerraste puertas en la cara, prueba superada.
Matilda, no te he visto nunca, solo te siento, sé tu nombre porque eres mía, algún miedoso lo repitió alguna vez y sin que te invoque empezaste a hacer tus travesuras, en la casa abandonada, la de las desilusiones,  ahí donde elegiste habitar, en el lugar donde pago mi penitencia, donde dormimos juntos ya que nadie se atreve a hacernos compañía.
Matilda, mi fantasma particular, compañera fiel de mirar el techo, de insomnios eternos escribiéndole a la vida; duermo y amanezco contigo, siento tu presencia en mi puerta, en mi jabón, en mi afeitadora y en la toalla. Eres mi camarada de perseguir grillos por la noche y causante de los ruidos en mi ventana, esos ruidos que solo tú y yo escuchamos, porque vienen de muy dentro, no importa si de tu alma o de la mía porque al final es lo mismo.
Matilda, por ahí alguien quiso ponerte otro nombre, o quizá no le importe a nadie tu nombre. Joaquín el poeta quizá tenía razón al llamarte “la amante inoportuna”, yo también recuesto mi cabeza en los brazos de la luna pero no te siento inoportuna, y aunque a nadie le importe, una noche, en silencio, cuando no me escuchabas, decidí llamarte Matilda, pero;  tengo la leve sospecha, al igual que vos, que tu verdadero nombre es Soledad.

miércoles, 6 de abril de 2016

Ojos ámbar

Para Ti Ojos Ámbar

Confieso que estoy medio enamorado. Porque ella dice que no. Porque para estar totalmente enamorado hay que tener plena conciencia de que uno también es querido, que uno inspira algo más. Este estado adolescente es una especie de locura contenta sazonada con chifladura, con sensaciones irrepetibles cada vez que se me permite el contacto con su piel tibia, que conmociona en ese instante y que repentinamente se me niega dejando mi piel ansiosa pero contenta. Confieso que esos besos de solo tope y escapar son de miel, el mismo color de sus ojos hecho sabor, esos besos , furtiva delicia que a veces se me concede y que deja loco mi corazón.

jueves, 5 de junio de 2008

Mujeres de mi vida

Celosa (para la que me tuvo loco)

Te veo en mis lágrimas
y te siento en mis manos
te escurres de mi lado
y otra vez vuelvo a llorar

Te escucho susurrando
alguna palabra suave
¿dime que lengua hablas?
que no te consigo entender

No te entiendo y crees me entiendes
tu sufres y gimes , yo grito y lloro
te escucho y me partes el alma
y a pesar de todo , aún te estimo

Celosa sigues mis pasos
pero yo voy muy rápido
cambio de dirección a cada rato
y tu, un camino aun no has tomado

Filtro mi rabia aunque tu gozes
y no admiro tu celos
¿por qué me sigues entonces?
si yo en ti, siempre creo

Mis pensamientos dominar quieres
y dejo que lo hagas por consuelo
disfrutas tu ilusión efímera
que luego se te escapa al cielo

Revuelve tu rectilíneo ego
purifica tu descolorida aura
libérate de tu sombra y mira al cielo,
entonces vuela hacia mí con calma


Despedida ( para la suicida)

Fría, gélida y blanca
como nube alta en el limbo
te toco en mis sueños
y me despierto temblando

Suave, tibia y morena
te veo todos los días
más mi alma se apena
por que estas en agonía

Maquillas tu dolor
con tu bella sonrisa
aun esperas a tu amor
que los talones te pisa

Voltea y ve con él al encuentro
al abrazo en lo alto
que la otra vida es mejor
si la pasas volando

Espérame algún día
en el lugar que te encuentres
no se si llegaré tan alto
tal vez en el camino me quede.




Pequeña (para mi hermana)

Desde día que naciste
tus lindos ojitos negros
de mi traviesa niñez
son un bello recuerdo.

Poco a poco creciste y,
del aprendiz de jardinero
algún golpe recibiste
fue mi mano el hierro
que la flor no quiso dañar.

Tu faz siempre con sonrisa
pero tu temperamento fuerte
impones con magnetismo innato
la fuerza de tu pensamiento.

Cariñosa madre tu hijo cuidas,
el destino dejó que sola
afrontes su cultivo
por eso te respeto y te quiero
pequeño y deslumbrante lucero.


Que conste que lo intenté (la imposible)


Imaginarme el toque de tus manos
me bastó para comprender
que debía caer en tu regazo
y dejar al amor correr.

Tu rizado cabello de oro
mojado lo imaginé
después de sentirte plena
con mi amor lo secaré.

Un gesto de dulzura
fue bastante para detener
al corcel desbocado
que llevaba en mi ser.

Una sonrisa, una mirada fija
me hizo este poema escribir
para dejar huella escrita
del momento que te vi
mientras espero que algún día
tu me digas un si.

Solo imagino y escribo
lo que valor no tengo para decir
si algún día lees esto,
y el frío de tu piel no puedes fingir
piensa que escribí para ti
lo que por cobarde intento fingir.



Lo mas difícil (para mi madre)

Es difícil hablar de tu madre
y escribirlo se torna demasiado lento
pero para la grandeza nunca es tarde
Madre te quiero hoy y en todos los tiempos

Tu nunca fuiste mala
Solo fuiste severa y tierna
Poco a poco me diste alas
Para que saltara la piedras

Crecí y tome mi rumbo
Y lo raro del destino
Es que aunque ande a tumbos
Siempre regreso a tu camino

Me enseñaste que las damas
quedan ácidas y amargas
cuando todo su néctar te tomas
y no dejas para mañana

Te levanté la voz algún día
y deje que perdieras una lágrima
lengua grosera la mía
que osó gritar a mi mama

La vida me fue mostrando
que el cariño de una dama
no compara el amor de una madre
que te llevó es sus entrañas

Mas, cada vez caigo en lo mismo
cada vez son celos de madre
que me dicen, hijo mío:
el jugo dulce que no se cuida
siempre terminará en vinagre.


Patinadora (para la de la calle)
Caminas pateando al tiempo
contra el destino y 50 pesos
te escondes entre los árboles
y en las puertas obscuras
buscando la señal del vamos.

Antes de que el chulo te note
te levanta un coche viejo
sus ojos solo miran tu escote
y te lleva a sufrir de nuevo

Tu pides la plata primero
y te levantas la blusa
dejando ver la inconclusa
madurez de tus senos.

Los años son pocos
dando calor por dinero
tus años de vivir son menos
el resto te los vendieron.


Te compran por menos
y tu te vendes por mucho
la comida de un día te basta
aunque el pago sea un pucho

Y llegas a los quince años
con muchos hombres encima
que te importa si en la esquina
tienes que improvisar un baño
no te importa si en tu cuadra
en el rincón que nadie ilumina
la criatura de tus andanzas
llora de hambre y tirita

No te importa si la noche
cambie de rutina
y que levante a la niña un ángel
para llevarla donde comienza tu vida.

No tiene nombre ( para la que no vale la pena mencionar)

Perteneces a una casta
de mujeres sin alma
de punta de lanza y golpe
de sangre derramada.

De manos pequeñas indefensas
que acariciar no pudieron
pues tu cortaste primero
el hilo de su llanto bello.

Tu juegas con la vida
la vida te juega fiero
mientras tu duermes tranquila
en pesadillas te sueño
cortando llantos y manos
en el infierno te espero.



Coqueta ( la que siempre me sonríe)

Te levantas muy temprano
para encremarte la mañana
para darte un baño de rocío
para pintar tu alma en el espejo

Tu andar lozano no tiene
ninguna pisada errada
ojos te contemplan absortos
sin quitarte la mirada

Te engalanas con tu cuerpo
coqueteas hasta con mi sueño
aprovecha beldad tu pelo suelto
antes de que se te arrugue el ceño

Corre de prisa que el tiempo
arruga el alma y el cuerpo
que los gusanos rastreros
a todos por igual nos esperan
se comerán hasta tu foto
que alguien con amor pondrá
junto a un clavel sobre tu féretro
ese día de tu entierro.


Condenado a tu cuerpo (para la que me hizo volar)

En el espejo de tus ojos
es donde veo mi vida
en la calidez de tus senos
es donde siempre caigo

En la arista de tus caderas
mi mano siempre tropieza
en el bosque de tu entrepierna
me vuelvo loco y me pierdo

Poco a poco voy entrando
y palpo tus secretos
tibio, caliente, hirviendo
el magma de tu interior reverbera

Siento presión en la nuca
y un leve dolor en el plexo
luego alivio y sosiego
Eros visitó nuestro lecho

Una mirada y dos besos
despiertan y levantan los deseos
y nuevamente nuestros cuerpos
revolotean en el cielo

Hielo o caliente y olas profundas
el inverso del odio nos invade
nuevamente un ciclo de vulcano
nos arrastra con su vorágine

No existen señales de peligro
en la autopista de nuestra vida
corre veloz y desentendida
que si no voy contigo, me pierdo.

jueves, 29 de mayo de 2008

Regreso

Allí estaban caminando en fila
cuerpos desnudos que sin rumbo iban
unos alababan, otros maldecían
lo que habían hecho toda una vida

Llevaban carteles
todos llenos de mentiras
portando sus estandartes
iba con ellos, la hipocresía

Vi entre las gentes un rostro,
familiar me resultó
era yo, y me empecé a llamar
me llamé a gritos y no volví atrás
me quede mirando como me marchaba
me fuí con ellos hasta hoy día.
Hoy día me encontré y me dí un abrazo
Hoy día lo escribí, al saber que ya volvía.